domingo, 1 de junio de 2014

LA ASCENSIÓN ES EL TRIUNFO DE JESÚS Mateo 28, 16-20

Nuestro final será una ascensión. Todo lo que acontece aquí abajo es provisional: los fracasos, los sufrimientos, las tristezas. También todas las alegrías que existen en este mundo son provisionales: esos momentos que nos gustaría eternizar...No existe más que un lugar definitivo, un sitio en que nos reuniremos todos para siempre. Y ese sitio no está aquí, en la tierra. También nuestros bienes, todo lo que poseemos es provisional. Todo lo que conservamos con cariño, todo lo que consideramos como valioso de nuestra vida..., lo perderemos si no lo ponemos al servicio de los hermanos...bienes materiales, tiempo, conocimientos.
"Subir al cielo" es lo mismo que alcanzar el objetivo supremo de la vida humana.
Desde esta perspectiva, la ascensión significa que Jesús ha llegado a la culminación de su proceso: la total liberación del hombre de las pasadas contingencias terrenas. El reino de Dios madura en esta liberación que se va dando poco a poco y con esfuerzo a lo largo de la vida para rematar en la escatología.
Jesús al subir al cielo, nos dejó físicamente para estar más cerca de nosotros en el tiempo y en el espacio.Porque se fue, lo tenemos ahora aquí, presente entre nosotros, muy cerca de nuestro corazón. Nos Basta abrir los ojos de la fe para verlo, para encontrarnos con Él.
Cuando se comprende el verdadero sentido de la vida humana: que su desaparición es consecuencia de haber alcanzado la plenitud y, además, ha dejado sitio a otra presencia libre de las limitaciones a que nos tiene sujetos este cuerpo mortal. Esta presencia nueva, en el Espíritu, va a cambiar la vida de los discípulos. Hay ausentes cuyo aparente alejamiento es más elocuente que su presencia visible. Jesús es uno de ellos; y más que ningún otro.
Por eso el mandato misionero de Jesús es anuncio de la Buena Noticia del Reino. Noticia que cuando alguien la comprende y la cree, transforma la vida radicalmente.
El mandato misionero es también tarea de bautizar, incorporando constantemente nuevos miembros a la Iglesia de Cristo, camino de salvación, es cumplir las enseñanzas (y obras) de Jesús, practicando el carisma de la misericordia.
DISCÍPULOS, SÍ; MISIONEROS, SIEMPRE; MINISTERIALES, DE POR VIDA.

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