martes, 29 de julio de 2014

XVII Domingo Ordinario Mateo 13,44-52

El Reino de Dios:
El único negocio verdaderamente importante.

La parábola del tesoro escondido no compara el Reino con el tesoro, sino que quiere demostrar el estado de ánimo de quien encuentra este tesoro, comparando ese estado de ánimo con el que debería animar a los que descubren el reino de la justicia como valor absoluto de sus vidas. ¿Cómo reacciona el que encuentra un tesoro? ¿Cómo reacciona el que descubrió que la justicia es el único camino para que consigamos una sociedad e historias  nuevas? Pero que debe quedar bien claro que el Reino no es cambio de mercancías, no puede ser comprado como el campo que esconde el tesoro o como la perla. Las parábolas quieren resaltar que nada le hace falta a quien descubrió el sentido y valor de la lucha por la justicia. Los textos de la liturgia de hoy se pueden resumir en una frase: discernimiento y opción por el Reino.

Nosotros, ¿qué tenemos que vender?

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