domingo, 16 de marzo de 2014

Conversión: es ser como Cristo

¿Cómo habrá sido la transfiguración de Jesús? Marcos, el secretario de Pedro, al narrar el mismo episodio, hace cuestión en describir los vestidos de Jesús, y no sabe como hacerlo, porque nunca había visto antes una tela tan blanca...
Debemos primeramente reflexionar sobre el sentido que pudo haber tenido este hecho: ¿porqué Jesús se hizo ver de los tres, transfigurado? Porque las cosas, en ese punto de la vida de  los apóstoles andaban mal, la situación se tornaba pesada y Jesús quería darles una esperanza concreta.  Era como decirles: no se desanimen, venceremos.
¿Por qué el Evangelio insiste sobre los vestidos de Jesús? Estaban bañados de luz. Jesús no es como nosotros que hablamos, y hacemos lo contrario. Jesús actúa y luego habla. Quería mostrar a los discípulos que podía hacer del hombre un hijo de la luz, alguien capaz de sembrar vida y no la muerte.
También los vestidos se transfiguran, participan de la luminosidad del cuerpo de Jesús. Quiere decir que la materia, las cosas, el mundo, participan de nuestra transformación.
El mundo está unido al hombre y lleva el sello de su presencia. Los hombres mejores del mundo, lo transforman y lo arruinan, al mismo tiempo. ¿Podemos embellecerlo, transformarlo sin arruinarlo?
La conversión es un paso, un viaje, como el de Abraham. De la oscuridad a la luz, de la capacidad de hacer el mal y de contagiar el mal, a la capacidad de hacer el bien. El hombre debería ser solo capaz de cosas bellas y positivas; el quererse bien, la amistad vivir en paz, ayudar al hermano.  Cada uno debería pensar si es un buen hermano para los demás,  o un mal hermano.; si somos fuente de alegría para los otros, o de aquellos que sería mejor que estuviese lejos...
¿Podemos hacer el propósito de ser un buen hermano, de aquello cuyo encuentro produce alegría? Para nosotros, el misterio de la Transfiguración de Jesús significa creer en su gracia de transformación, creer que Jesús puede hacer de alguien capaz de hacer el mal, alguien capaz de hacer el bien. Jesús no solo nos da el modelo de vida, un ideal de cómo debería ser el hombre para estar bien sobre la tierra.
El Evangelio de este domingo nos habla de Jesús en medio de nosotros, para comunicarnos la gracia de ser un buen hermano y un habitante de la tierra respetuoso y creador.

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