domingo, 23 de marzo de 2014

Cuaresma: sed pascual-Juan 4, 5-15.19-26.39-42







Jesús (el Agua Viva) llega al pozo de Jacob, cansado del camino y con sed, se presenta ante la mujer samaritana como un necesitado y demanda su solidaridad.
la mujer, en cambio, se presenta como autosufieciente, ya que está acostumbrada ir todos los días con un cántaro al pozo.
El Evangelio de la samaritana puede reflejar la situación vital de la comunidad de Juan en la que ya estaban admitidos los samaritanos, quienes habían hecho un proceso gradual de entrada a la comunidad cristiana.
La samaritana es un sujeto comunitario. Representa a la comunidad cristiana de origen samaritano. El encuentro de la mujer (comunidad samaritana) con Jesús tiene carácter retrospectivo. Este relato es teológico.
Los cinco maridos son alusión a los cinco pueblos paganos que poblaron Samaria adorando a los cinco dioses. Los samaritanos se contaminaron con ellos y olvidaron al único esposo: Yavé.
Y el que ahora tienes no es tu marido: se refiere Jesús a Yavé pero al que los samaritanos no adoran plenamente y perfectamente, al no conocer a Jesús.
La mujer llama despectivamente a Jesús: judío, luego, Señor, después Profeta, a continuación Mesías, finalmente, los samaritanos lo declaran: Salvador del mundo.
Debe quedarnos claro. no hay renovación en el hombre si no hay hambre y ser de salvación: apetito pascual.
Reconocer el pecado es sin duda, salud espiritual. Cuaresma es tiempo de sed bautismal, como nos lo recuerda la samaritana.
Cada domingo, día bautismal, hacemos memoria de nuestra sumersión en la pasión y resurrección del Señor y el don del Santo Espíritu.
En la Eucaristía tenemos un Pozo inagotable para saciar nuestra sed.
(reflexión de P.Mateo Bautista)

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